Suena grotesco, pero es cierto. Las "nuevas enfermedades" son productos de las nuevas costumbres alimenticias (saltándome los conflictos emocionales que también "nos alimentan"), y es muy fácil hacer una comparación entre lo que comían nuestros abuelos, lo que comemos hoy y lo que comen nuestros hijos. Un desayuno hace 20 años consistía en bollos de maíz, arepa, huevos, quesos, mantequillas, y hoy día ¿qué desayunan los niños? Cereal (de 15 a 20 cucharadas de azúcar) y leche, galletas (más azúcar), jugos empacados (más azúcar que un refresco de botella y ni hablar de los conservadores), pan blanco de diferentes marcas (azúcar y conservadores), y a media mañana o media tarde de "merienda", pepitos, chocolate, dulces y malta o refresco. Sumen las cucharadas de azúcar y conservadores, sin mencionar que TODOS estos alimentos procesados poseen glutamatos.
(En este link de una entrada anterior se describen los glutamatos
¿Es tan difícil darnos cuenta que el diagnóstico de enfermedades "modernas" en niños tiene todo que ver con la forma en que nos alimentamos? ¿Qué ha pasado con la calidad de vida que se basa en la buena alimentación? Y no se trata de comer lechuga y espinaca a diario, sino de darnos cuenta que podemos cambiar ciertos hábitos, y así dejaremos de envenenarnos además, con tratamientos médicos para tratar enfermedades (ocasionadas por la comida), que no resolverán el problema mientras sigamos comiendo la misma basura.
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