domingo, 12 de abril de 2015

Aceptar las emociones frente a los niños


Nuestros conflictos emocionales y dramas de control vienen de la infancia, de esas situaciones en que nuestras percepciones y emociones fueron negadas o anuladas, como cuando la madre grita molesta, el hijo le pregunta por qué esta molesta y ella le responde que no lo está. El niño se confunde, entiende que su percepción es equivocada y no sabe si tiene razón o su madre miente. A partir de allí, el niño comienza a dudar de sus percepciones, pierde confianza en lo que cree que ve y escucha de forma progresiva y a lo largo de su crecimiento, por lo que, eventualmente, dejara de expresar su punto de vista por dudar de sí mismo, lo que a largo plazo será la base de los conflictos en sus relaciones, la incapacidad para confiar en sí mismo y validarse.
Parecen detalles familiares insignificantes, que los padres no notan, pero que afectan de manera enorme el desarrollo emocional de las personas, por eso, es tan importante la honestidad y la aceptación de nuestras emociones frente a los niños.

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